Conducir bajo los efectos del alcohol: consecuencias penales y cómo afrontar el proceso

Conducir bajo los efectos del alcohol: consecuencias penales y cómo afrontar el proceso

Conducir tras haber consumido alcohol es una conducta muy peligrosa que, además de poner en riesgo vidas, acarrea graves consecuencias legales. En España, manejar con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 mg/l (aprox. 1,2 g/l en sangre) constituye un delito tipificado en el artículo 379 del Código Penal. A continuación explicamos qué penas conlleva y cómo afrontar el proceso si te han sorprendido conduciendo ebrio.

Límites: infracción administrativa vs delito:

• Si tu tasa de alcohol está entre 0,25 y 0,60 mg/l (conductores no noveles; los profesionales o noveles tienen límites menores), es una infracción administrativa: recibirás una multa (ej. 500 €) y la pérdida de puntos del carnet (normalmente 4-6), pero no tendrás antecedentes penales.
• Si superas 0,60 mg/l en aire (o te niegas a soplar, lo cual en sí es delito), incurres en un delito contra la seguridad vial. La Policía te detendrá y te llevará ante el juez en un juicio rápido.

Consecuencias penales del delito: Conducir ebrio conlleva, por ley, las siguientes penas orientativas:

• Multa o prisión: En la primera condena suele imponerse una multa económica (o trabajos en beneficio de la comunidad). En casos graves o reincidentes, el juez podría imponer hasta 3 a 6 meses de prisión.
• Retirada del carnet: Es habitual la privación del derecho a conducir vehículos de motor por un periodo de 1 a 4 años. Durante ese tiempo no podrás conducir y deberás recuperar el permiso tras la sanción.
• Antecedentes penales: Una condena por alcoholemia constará en tus antecedentes penales. Aunque podrán cancelarse tras unos años sin delinquir, tener antecedentes puede afectarte (por ejemplo, para ciertos empleos o si vuelves a cometer otro delito mientras están vigentes).

Si conduciendo ebrio causas un accidente con víctimas, podrías enfrentar delitos aún más graves (lesiones u homicidio imprudentes) con penas de prisión mayores, además de tener que indemnizar a los perjudicados.

¿Cómo afrontar el proceso? Si te detienen o investigan por conducir bajo la influencia del alcohol:

• Durante el control: Coopera con los agentes y respeta sus instrucciones pero solo declara en presencia de tu abogado. Tienes derecho a un segundo test de verificación (el famoso «contraanálisis»). Negarse a soplar es un delito aún más serio, así que es preferible realizar la prueba. Si crees que el resultado no es correcto, puedes solicitar un análisis de sangre en hospital (ten en cuenta que si confirma que estabas ebrio, tendrás que pagar ese coste).
• Asistencia letrada y juicio rápido: Una vez en dependencias policiales o ante el juez, solicita ser asistido por un abogado (de oficio o privado). Los delitos de alcoholemia suelen tramitarse mediante juicio rápido, a veces al día siguiente o en pocos días. Tu abogado te aconsejará si conviene conformarse (admitir los hechos para obtener un tercio de reducción en la pena) o si es posible discutir alguna circunstancia para mejorar tu situación. En la mayoría de casos, si la prueba de alcoholemia es sólida, lo habitual es aceptar una condena reducida mediante acuerdo.
• Cumplimiento de la condena: Si resultas condenado, cumple estrictamente las sanciones impospuestas. Si es multa, págala en plazo (así podría aplicarse descuento por pronto pago si viene de la vía administrativa). Si hay trabajos comunitarios, acude cuando te convoquen. Y por supuesto, durante el tiempo de retirada de carnet no conduzcas bajo ningún concepto (sería un delito de quebrantamiento de condena).
• Reeducación y prevención: Puede ser útil aprovechar este periodo para reflexionar y educarte. Existen cursos de sensibilización vial y programas de tratamiento de alcohol; realizarlos voluntariamente demuestra tu compromiso de no reincidir y te ayudará a ser un conductor responsable en el futuro.

Conclusión: Conducir bajo los efectos del alcohol es un error grave con consecuencias serias. Si te ocurre, afronta la situación con responsabilidad: informa a tu abogado, colabora con la justicia y cumple lo que se te imponga. Tras pasar el mal trago legal, aprende la lección para no repetirla: la próxima vez, si has bebido, busca transporte alternativo. Así cuidarás de ti, de los demás y evitarás arruinar tu vida por una mala decisión al volante.

Sandra Márquez

Abogada Penalista y de Familia