

Violencia vicaria: cuando los hijos se convierten en víctimas del conflicto de pareja
En los últimos años se ha comenzado a hablar de la violencia vicaria, una de las formas más crueles de violencia de género. El término se refiere a cuando un maltratador daña a los hijos en común para seguir haciendo daño a su ex pareja. Es decir, utiliza a los niños como instrumentos de venganza y control, sabiendo que provocar sufrimiento en los hijos es la mayor agresión posible hacia la madre (u otro progenitor).
Por desgracia, en España hemos visto casos trágicos de violencia vicaria. Algunos padres han llegado al extremo de atentar contra la vida de sus hijos para castigar a la madre, conmocionando a la opinión pública. Estos hechos han visibilizado que los hijos pueden convertirse en víctimas directas del afán de destrucción del maltratador, y han llevado a reforzar la protección legal por parte de jueces y legisladores.
Protecciones legales: La legislación española se ha adaptado para prevenir la violencia vicaria. Por ejemplo, la Ley Orgánica 8/2021 estableció la suspensión automática de las visitas a los hijos por parte de un progenitor investigado por maltrato, para proteger a los menores desde el primer indicio. Además, los jueces pueden retirar o restringir el régimen de visitas e incluso la patria potestad al progenitor violento si hay riesgo para los niños. Aunque el concepto «violencia vicaria» no figure expresamente en el Código Penal, las acciones que implica (amenazas, lesiones, maltrato o asesinato de menores) son delitos gravísimos con penas muy severas, agravadas por el parentesco y la crueldad.
¿Cómo actuar ante un posible caso? Si temes que tu ex pareja pueda hacer daño a tus hijos para herirte a ti, es vital actuar rápido:
Apoyo a las víctimas: La violencia vicaria deja profundas secuelas emocionales. Es crucial que los niños afectados reciban atención psicológica especializada lo antes posible, para ayudarles a procesar el trauma y garantizar su bienestar a largo plazo. El progenitor protector (la madre en muchos casos) también necesita apoyo terapéutico y redes de contención para superar el enorme estrés sufrido.
Conclusión: La violencia vicaria es el último escalón de la crueldad en el maltrato familiar: dañar a los hijos por odio a la pareja. La mejor herramienta contra ella es la prevención y la reacción inmediata. Si sospechas que podría ocurrir algo así, no esperes: busca ayuda de autoridades y profesionales. La protección de los menores es prioritaria, y el sistema legal cuenta cada vez con más medios para actuar con rapidez y firmeza frente a estos casos.
Sandra Márquez
Abogada Penalista y de familia